miércoles, 28 de julio de 2010

Lectores de "Sin"

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A veces el libro más pequeño, más particular en su concepción y escritura, es el que tiene un mayor impacto en los demás. Escribí Sin dolorosamente, respondiendo a las preguntas turbadoras que en una etapa aciaga tuve que hacerme, y las reacciones de los que lo leyeron en su día en forma de manuscrito y ahora de libro publicado me han abrumado por su generosidad e intensidad. Estos días, esa reacción de lectores amigos se extiende a la prensa, lo que me parece aún más sorprendente, pues uno se siente fuera de ese circuito de suplementos culturales que siempre atienden las mismas cosas. Así, cuál fue mi sorpresa ante la reseña entusiasta de A. Sáenz de Zaitegui, desmesuradamente amable con mis versos, publicada en el último número de El Cultural. Antes, además, tuve la inmensa fortuna de que ese extraordinario lector de poesía, José Ángel Cilleruelo, analizara Sin con una sabiduría y precisión encomiables (como hace siempre en su columna de crítica poética mensual) en las páginas de la revista El Ciervo. E incluso meses atrás, Germán Gullón, al que dediqué Desarticulación por el afecto y la admiración infinitas que le profeso, me dedicó una entrada de su blog hermosísima a raíz de su lectura del Sin ya editado, pues él fue uno de sus primeros lectores cuando yo aún no sabía ni siquiera que lo iba a publicar. A estos tres lectores profesionales, y a los demás que han dedicado parabienes a este breve poemario, gracias. Aquel dolor, hoy, se convierte en satisfacción y orgullo.