domingo, 10 de junio de 2012

Entrevista capotiana a Santiago Lorenzo

En 1972, el escritor estadounidense Truman Capote (1924-1984) publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el autor de A sangre fría se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Santiago Lorenzo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Tendría que ser el cementerio.
¿Prefiere los animales a la gente?
Jamás. 
¿Es usted cruel?
En el laboratorio, sólo.
¿Tiene muchos amigos?
La verdad es que sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Sus cualidades te encuentran.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Un amigo lo es de verdad después de haber exhibido sus capacidades para decepcionarle a uno. El último paso para llegar a la amistad buena es comprobar o no que tal cupo te merece la pena.
¿Es usted una persona sincera?
Pues sí, que ese es deber humano. La impertinencia, que es el cantón vecino, me da asco, en cambio.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Soy de mucho hobby.
¿Qué le da más miedo?
Caerme de sitio alto.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Telemadrid.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Todas las vidas son creativas.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Once, o deiciséis, o veintiuna o veintiséis flexiones diarias, según tenga ganas o haya caminado más o menos.
¿Sabe cocinar?
Sí señor.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Paul von Lettow Vorbeck (1870-1964).
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
La palabra "tú".
¿Y la más peligrosa?
"Ellos".
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí, y la partida no ha acabado aún.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Yo soy de los de Benjamin Franklin.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Esto mismo.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Fumar.
¿Y sus virtudes?
Fumar bien, sin ansia y de calidad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Me pasó una vez en una playa, víctima de la resaca marina. Práctico como soy, me vinieron  a la cabeza las imágenes del manual en el que se explicaba cómo salvar la situación.
T. M.