viernes, 22 de febrero de 2013

Entrevista capotiana a Elvira Lindo



En 1972, Truman Capote (1924-1984) publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el escritor estadounidense se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Elvira Lindo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?  
Mi casa de Madrid.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero a mi perra a algunas personas.
¿Es usted cruel?
Cuando tengo la tentación de serlo, me contengo.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo muchos conocidos. Y unos cuantos amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Humor y buena conversación.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
A veces. Aunque trato de pensar en que yo también he decepcionado a otros.
¿Es usted una persona sincera? 
No para ser hiriente.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, viendo series de televisión, charlando, paseando.
¿Qué le da más miedo?
La gente que hace daño sin sentir remordimiento.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La grosería.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Es lo que hago.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Pilates, y ando bastante.
¿Sabe cocinar?
Me defiendo. Y cocino a menudo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Martin Luther King.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Reconciliación.
¿Y la más peligrosa?
Linchamiento.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Me basta con que ese alguien no interfiera en mi vida. Matarlo no, me podría la culpa.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Eso tan indefinible que se llama progresismo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Cantante.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La impaciencia, el atolondramiento.
¿Y sus virtudes?
Las sé, pero nunca las diría.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Creo que hasta el último momento me sentiría responsable de abandonar el mundo sin haber hecho suficiente por los míos.
T. M.