martes, 5 de febrero de 2013

Entrevista capotiana a Jorge Eduardo Benavides


En 1972, el escritor Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el autor estadounidense se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jorge Eduardo Benavides.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Madrid, sin duda.
¿Prefiere los animales a la gente?
No, prefiero a la gente por lo general.
¿Es usted cruel?
Un pelín.
¿Tiene muchos amigos?
Sí, creo que tengo muchos y buenos amigos desperdigados por medio mundo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Honestidad y sentido del humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
La verdad es que rara vez he sufrido alguna decepción. Tampoco pido mucho (ver respuesta anterior).
¿Es usted una persona sincera? 
Lo suficiente.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Sin planificar cómo lo voy a ocupar.
¿Qué le da más miedo?
Los creyentes, los iluminados de todo pelaje.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandaliza la laxitud moral de nuestra clase política.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Me hubiera gustado ser músico.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Últimamente no. Pero me gusta jugar al golf y al tenis.
¿Sabe cocinar?
Sí. Y creo que de manera bastante pasable.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Supongo que escribiría sobre mi padre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Humor.
¿Y la más peligrosa?
Esperanza.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Muchas más veces de las que me gustaría admitir.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Me considero liberal, pero no fanático.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Muchas cosas. Menos político o abogado.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Fumar y beber.
¿Y sus virtudes?
Eso lo tendrán que decir quienes me conocen.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Difícil de dilucidar. Pero espero que no mi vida completa, porque después de eso sólo faltaría ver una luz al fondo… y ya tenemos los clichés más odiosos completos.
T. M.