lunes, 21 de octubre de 2013

Entrevista capotiana a José Carlos Llop

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Carlos Llop.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una ciudad fronteriza con puerto de mar. Preferiblemente de clima cálido la mayor parte del año.
¿Prefiere los animales a la gente?
No, la zoofilia no es uno de mis vicios.
¿Es usted cruel?
Es difícil no serlo a veces en literatura.
¿Tiene muchos amigos?
Nunca se tienen muchos amigos. Quien diga lo contrario miente o se ha tragado la patología Facebook.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Si tuviera que buscarlas ya no serían mis amigos, creo.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
El problema sería otro: ¿decepcionamos nosotros a nuestros amigos?
¿Es usted una persona sincera? 
Si la sinceridad fuera un mérito, en mí no lo es; simplemente me resulta más cómoda que su contrario. Siempre que pueda combinarla con los silencios, claro.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Paseando: ciudad o campo, tanto da.
¿Qué le da más miedo?
Tenerlo
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La edad merma la capacidad de escándalo, pero vivimos un tiempo lamentable.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Llevar una vida recreativa, supongo: director de orquesta.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Andar. Es sano, entretenido y ayuda a pensar bien.
¿Sabe cocinar?
Mi mujer le diría que no. Lo cierto es que practico poco pero no tengo mala mano.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Rechazaría la invitación. Para no cansarme buscando al personaje más inolvidable.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Probablemente sea amor. Siempre promete una vida distinta y mejor, aunque no siempre cumple.
¿Y la más peligrosa?
Cualquiera, cuando se usa deshonestamente.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Cualquiera que no se base en el engaño, la mentira y la deshonestidad intelectual.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Según a lo que usted llame cosa, señor Capote.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No es de buena educación hacer gala de ellos.
¿Y sus virtudes?
Menos aún.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Lo cierto es que no me apetece nada saberlo. No todavía, al menos.

T. M.