lunes, 4 de agosto de 2014

Entrevista capotiana a Irene X

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Irene X.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una habitación con paredes blancas. La mía, por ejemplo.
¿Prefiere los animales a la gente?
Sí. 
¿Es usted cruel?
En la medida necesaria.
¿Tiene muchos amigos?
¿Eso no es lo mismo que no tener ninguno?
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Empatía, lealtad, confianza y sinceridad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Si lo ocupo deja de ser libre. Viajar, volar, amar, conducir, escribir y leer. Las dos últimas y las cuatro primeras vienen a ser lo mismo.
¿Qué le da más miedo?
La indiferencia y las avispas.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La capacidad del ignorante para cometer maldad sin percibirla. Que todavía se confundan 'mediocridad' y 'normalidad'.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Jugar con los niños, dejar que me eduquen. Volver a dar clase. Eso sí que era creativo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ya le gustaría al médico.
¿Sabe cocinar?
Y muy bien.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A mi padre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Proyecto.
¿Y la más peligrosa?
Recuerdo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Alguna vez no he querido matar a alguien.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Las del color de las mejillas en verano. Y la del cerrar la boca y abrir las manos. 
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No me gustaría ser entonces.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El vicio principal es pensar. Lo demás son sólo consecuencias. 
¿Y sus virtudes?
Perdono y olvido. Hay que entrenarse a conciencia para llegar a las dos (creo).
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? 
Los sitios donde no he estado, las personas que no volví a abrazar. Mis padres besándose, mi hermana dormida. 

T. M.