lunes, 18 de agosto de 2014

Entrevista capotiana a Margarita Valencia

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Margarita Valencia.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La Villa Saboya.  
¿Prefiere los animales a la gente?
No me interesan los animales.
¿Es usted cruel?
A veces. Sobre todo con las personas que amo.
¿Tiene muchos amigos?
No.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que sus palabras me conmuevan; que mis palabras los entusiasmen; que ya no seamos los mismos después de cada encuentro y de cada conversación.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
A veces me irritan o me encolerizan; a veces me aburren; pero no me decepcionan.
¿Es usted una persona sincera? 
La idea de sinceridad es una camisa de fuerza detestable.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Haciendo lo que se me dé la gana, que puede ser cualquier cosa. O nada.
¿Qué le da más miedo?
Que algo malo le suceda a mis hijos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Los actos desproporcionados o caprichosos de poder.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Soy maestra, traductora, editora, crítica literaria... y escritora. Me gustan la literatura y los libros desde muchos oficios. ¿Qué otra cosa me hubiera gustado hacer? A veces tengo la fantasía de ser jardinera, pero mis manos aún se resisten a la tierra.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ufff.
¿Sabe cocinar?
No lo suficiente como para cocinarle a otros.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A una mujer que fue mi maestra cuando era niña; aunque siempre la consideré una persona, no un personaje.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
"No": es la palabra que nos obliga a imaginar otros mundos.
¿Y la más peligrosa?
Todas las palabras son peligrosas.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Varias veces al día todos los días: los guardianes del mundo me enfurecen.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
De izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un río.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La procrastinación, la arrogancia y la ocasional necedad.
¿Y sus virtudes?
La obcecación, la paciencia, la confiabilidad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Pensaría en mí misma liberando mi mano clavada por un arpón a un barco hundido. No creo que pueda pensar en la vida como un recuerdo.

T. M.