miércoles, 10 de septiembre de 2014

Entrevista capotiana a Antonio Tello

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Antonio Tello.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Creo que no hay mejor lugar que el útero materno; aquí estás a recaudo de las contingencias del mundo y de la violencia de la luz. La sabiduría que allí alcanzas, la pierdes al nacer.
¿Prefiere los animales a la gente?
Siempre a la gente. Los seres humanos, aún con sus limitaciones espirituales y morales, pertenecen a la especie que construye nuestro mundo, es decir, el edificio inteligente donde habitamos, imaginamos, vivimos, gozamos y sufrimos. Los animales, aunque habitan el planeta, no pertenecen a nuestro mundo, porque ni ellos conocen nuestro lenguaje ni nosotros conocemos el suyo. Quiero decir que, en el caso extremo de que tuviera que salvar a mi perro o a un niño desconocido, siempre optaría por el niño.
¿Es usted cruel?
Preferiría creer que no. La crueldad es una manifestación morbosa de la conducta humana, una perversión que afecta gravemente a las relaciones entre los individuos y los condena a la oscuridad.
¿Tiene muchos amigos?
No sé si tengo muchos amigos como creo; tampoco me parece que sea importante el número ni siquiera que los conozca. La amistad es una manifestación del amor y éste es una expresión de la bondad. La amistad no espera y, por tanto, no exige reciprocidad. Tengo amigos a quienes ni siquiera conozco, pero he sentido su presencia y he disfrutado de sus gestos benéficos. También yo he sido amigo de personas que nunca sabrán de mí, al menos en relación con ellos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
En esos compañeros de vida a quienes decimos amigos –una palabra hoy bastante manoseada y vaciada de sentido–, sólo se les puede pedir lealtad, pues en ellos depositas la confianza y te muestras desnudo. Con esos amigos no necesitas corazas ni prevenciones, por eso eres tan vulnerable a su traición.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Quienes nos decepcionan quizás nunca han sido amigos aunque hayan actuado como tales. La decepción es fruto de la traición, pero en general, la decepción no tiene tanto que ver con ésta como con lo que se espera del otro y el otro no siempre puede o sabe dar lo que uno pretende. La amistad no es un juego ni una alianza de intereses sino un fruto del amor.
¿Es usted una persona sincera? 
Que yo sepa mis ojos son de carne y ven. No hay cera en las cuencas que simulen mis ojos. Yo soy lo que la mirada revela. La ética de una persona nutre sus cualidades y sus virtudes, entre ellas el de la sinceridad. Mi historia personal dice que mi conducta es coherente con mis principios éticos.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
La idea del tiempo ocupado o útil y la del tiempo libre surge de una concepción utilitaria del mismo. Por eso suele decirse que el “tiempo es oro”, “perder el tiempo”, “matar el tiempo”, etc., clichés de una cultura que tiene el aprovechamiento de la vida del ser humano en beneficio de lo material. La vida es fluir del tiempo encarnado, por lo tanto no hay tiempo libre o tiempo ocupado, sino que hay un vivir y ese vivir ha de ser lo más armonioso posible.
¿Qué le da más miedo?
¿Miedo? Puedo tener miedo a un perro rabioso, a una serpiente venenosa, acaso a un asesino demente, a todo ser irracional. El miedo es una reacción visceral a algo determinado, de modo que no sé a qué puedo tenerle miedo. Otra cosa es el temor, una sensación indefinible de prevención ante algo desconocido.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Como Marlowe, el marinero relator de El corazón de las tinieblas, la novela de Joseph Conrad, me escandaliza el horror que provoca la maldad generada por el alma humana.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No lo sé. No concibo mi vida de otro modo que escribiendo. Al menos en mi caso, no sé si puedo hablar de vocación. Quiero decir que tampoco sé si en algún momento decidí ser poeta. Creo que ni siquiera tuve opción a no serlo. A veces tengo la sensación de que la poesía es parte de mi naturaleza en este mundo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Gimnasia, tenis… es una necesidad. Ya lo decían los latinos, mens sana in corpore sano y mucho antes que ellos los griegos, quienes crearon los gimnasios, donde solían reunirse los filósofos para cultivar sus cuerpos y mantenerlos tan sanos como a sus mentes.
¿Sabe cocinar?
Platos sencillos, aunque si hay que hacer algo más elaborado puedo hacerlo. Lo que sí sé es asar. Mucha gente cree que asar una carne a las brasas es cuestión de tener una parrilla y meterle fuego debajo. Pero no es así. Asar bien una carne, un cordero, un cochinillo, un pollo, un conejo o un pescado… es toda una técnica uno de cuyos puntos fundamentales es el conocimiento que el asador tenga del fuego.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Bueno, no he necesitado un encargo del Reader’s Digest para hacerlo. He escrito por encargo varias biografías de grandes personajes (Leonardo, Degas, Miguel Ángel, Cervantes, Einstein, etc.), pero “mi personaje inolvidable” es mi padre, también mi madre, y en ambos me inspiré para escribir El maestro asador y ella, una novela que relata el vínculo entre un niño y sus padres desde que nace hasta los veintidós años.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Cada palabra tiene una historia y toda historia, no importa lo trágica que sea, tiene un resquicio de esperanza, pero ¿hay una palabra más esperanzadora que esperanza?
¿Y la más peligrosa?
Todas. El lenguaje es por naturaleza potencialmente peligroso porque es energía creadora. Por esto es tan importante usar bien las palabras, elegir las adecuadas y con su verdadero sentido. El vaciamiento del sentido original de las palabras puede causar un gran daño a los seres humanos. Esto es lo que está sucediendo actualmente a raíz del uso perverso que el poder hace de las palabras provocando el desplazamiento de sus campos semánticos y generando el malestar de la cultura, como señaló Freud, y la desorientación de los hablantes.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No. Desde pequeños hemos de aprender a dominar la bestia que todos llevamos dentro para que podamos reconocernos en los demás. Ante un acto bárbaro, como por ejemplo un crimen brutal, una matanza, una violación, una tortura, etc., hay gente que reacciona visceralmente y desea hacer lo mismo a quien o quienes hayan perpetrado esos actos repugnantes, sin embargo, no piensa que ese impulso irracional la equipara al criminal y deslegitima su justicia.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Un poeta ha de ser siempre un espíritu libre. Su tarea es explorar el alma humana, acercarse al abismo de la verdad y narrar esa aventura a la comunidad. Para ello, para no traicionar lo entrevisto y no traicionarse, debe ser fiel a esa visión y a esa experiencia. Cuando cede a las exigencias externas, lo que hace es ideología, política, religión, economía, etc. pero no poesía. Centrándonos en la intención de la pregunta, esto no significa que el poeta sea un ser apolítico, al contrario, es un ser político por su actitud y su posicionamiento ético frente a la comunidad a la que pertenece.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Como ya contesté más arriba, no puedo ni quiero ser otra cosa que poeta.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La enunciación de lo que llamamos vicio casi siempre es de tipo moral, de modo que no sé cuáles pueden ser mis vicios. Seguramente muchos de mis gustos o de mis preferencias sean vicios para unos y simples gustos o hábitos para otros.
¿Y sus virtudes?
Aunque también es como el vicio, una enunciación moral, la virtud está ligada a la ética y yo creo que mis principales virtudes son mis convicciones éticas y mi voluntad para vivir y sobrevivir.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
¿Cómo saberlo?

T. M.