lunes, 26 de octubre de 2015

Entrevista capotiana a Mónica Monteys

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Mónica Monteys.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Todo lugar pierde interés si sabes que no vas a salir jamás de él, tal vez un pueblo junto al mar.
¿Prefiere los animales a la gente?
Salvo contadas excepciones, a los animales por supuesto.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
No, solo los necesarios.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La lealtad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No, los que lo hicieron no lo eran.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, aunque muy reservada.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, paseando con mi perra, y compartiéndolo con mis amigos.  
¿Qué le da más miedo?
Ver sufrir a las personas que quiero.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
A estas alturas, pocas cosas, aunque incomodarme más de una.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Leer, fundamentalmente leer.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí, pero moderado.
¿Sabe cocinar?
Algunos platos.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A más de uno sin duda. Me resulta imposible elegir solo a uno.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Por seguir en el mío, puede que “ilusión”.
¿Y la más peligrosa?
Fanatismo tal vez.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Progresista.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me resultaría imposible ser otra cosa.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los vicios no se dicen.
¿Y sus virtudes?
No debo ser yo quien las diga.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
No tengo ni idea. Afortunadamente nunca me he encontrado en una situación parecida.

T. M.