miércoles, 20 de enero de 2016

Entrevista capotiana a Loren Fernández

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Loren Fernández.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Uno desde el que se viera el mar y que tuviera numerosos caminos por los que salir y entrar… al menos con la imaginación.
¿Prefiere los animales a la gente?
¡Por supuesto que no! Algunos dirán que son más leales, o más sinceros, o más puros, o más felices; pero eso es simplemente porque les mueve el instinto, porque no pueden elegir. La verdadera maravilla es poder elegir y elegir ser leales, sinceros, puros… y hasta felices.
¿Es usted cruel?
Me sería difícil, no soporto la sensación de hacer sufrir a alguien, menos aun deliberadamente. Ni siquiera me parece que sea una actitud que dé algún fruto “eficaz”. Sí que me han surgido momentos de pequeñas venganzas (¿o justicias?), de iras furtivas, de las que a veces me arrepiento…o disfruto. Y sí he sido cruel con alguien: conmigo misma; demasiadas veces.
¿Tiene muchos amigos?
Sí. Es una de las riquezas de las que me siento feliz. Amigos de toda la vida, con los que ya no me unen tantas cosas, pero que son como hermanos, una familia elegida. Amigos con los que ya no tengo un contacto continuo, pero a los que me siguen uniendo recuerdos, lecciones aprendidas, una sensación de calidez, un “sé que estás ahí” y un “aquí me tienes”. Tres o cuatro amigas de las de abrirse en canal y estar a las duras y las maduras. Amigos que llegan, amigos que se van y amigos que llegarán todavía.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La paciencia. La perseverancia. La calidez. El valor para decirte lo que no quieres escuchar…. sean críticas o aplausos. Los abrazos sinceros. La falta de pudor para mostrarse tal como son.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
En ocasiones. Exactamente igual que yo habré decepcionado a alguno de ellos. Somos humanos, a veces es difícil comunicarse, entender, responder a tiempo, saber lo que el otro necesita… o tener ganas y ánimos para dárselo.
¿Es usted una persona sincera? 
Procuro serlo. Aunque a veces me cuesta serlo conmigo misma. O con quien no lo desea.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Aprendiendo algo nuevo o mirando lo conocido con ojos nuevos.
¿Qué le da más miedo?
La ceguera de la mente: la ira de los otros; la locura en mí; la tristeza aprendida.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La desfachatez para justificar los mayores abusos e injusticias. Que quien los cometa o se beneficie de ellos sea capaz de tejer una red de autojustificaciones que hace más difícil que no se repitan.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Quizás eso me hubiese obligado a ser creativa en la vida “real”, a hacer de cada día algo nuevo en algún sentido.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Pilates, para estirar el cuerpo. Correr: me relaja y me libera de los malos rollos. Bailar: me da energía y alegría.
¿Sabe cocinar?
No. No quiero. Por favor, lo mínimo indispensable, por necesidad, por obligación, qué le vamos a hacer. ¿Puedo llamar a un abogado?
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Ray Bradbury. Me asombra su forma de escribir arrolladora e incansable, los mundos que crea interpretando la realidad. Y lo que eso trasluce de su forma de entender, aceptar, disfrutar y reinventar la vida.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Namasté. Yo soy otro tú, tú eres otro yo.
¿Y la más peligrosa?
Ego.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Uf, no. Matar debe no debe de ser fácil y, además, es como para siempre. Desear que alguien muriera…pues sí. Por el bien de la humanidad, claro, je, je.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Siempre a la izquierda. No hay verdadera libertad sin igualdad.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Ay, ay. Qué duda. ¿Puedo probar primero todas?
¿Cuáles son sus vicios principales?
El dramatismo, cerrar bares y las patatas chip. Los otros, no me parecen vicios. Sólo adaptaciones al medio.
¿Y sus virtudes?
La calidez, el sentido del humor, la imaginación.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Durante la fase de miedo, la rabia por los momentos que no he disfrutado. Después de la aceptación, la dulzura de flotar en el líquido como si volviera al vientre de mi madre. De regresar al ciclo.
T. M.