martes, 22 de mayo de 2018

Entrevista capotiana a Manuel del Barrio Donaire

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Manuel del Barrio Donaire.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Pues elegiría el planeta Tierra, así, pensando en términos astronómicos, que es como yo pienso, siempre mirando el cielo desde pequeño, sitiéndome una mierda en comparación con todo eso que está ahí fuera y que apenas vemos. Aquí en La Tierra se está bien, sobre todo dentro de unos años. Me gustaría vivir aquí dentro de 200 o 300 años, cuando los avances de la medicina curaran casi todo con un apretón de manos, cuando no se envejeciera como ahora, y pudiéramos vivir casi tanto como Noé o un elfo. Pero si me tengo que centrar en un lugar del mundo, me gustaría una zona de playa con montañas cerca y un chiringuito de madera y palmeras y bicicletas y wifi gratis y poca gente pero maja. ¿Dónde está este sitio? Si alguien lo sabe que me escriba a mdelbarriodonaire@gmail.com por favor.
¿Prefiere los animales a la gente?
No. Prefiero a la gente conviviendo en armonía con los animales, es decir, prefiero a los animales, que es lo que somos todos, unos menos que otros, por desgracia.
¿Es usted cruel?
No, nunca, al revés, en todo caso puedo hacer el mal o hacer daño por pura ignorancia o descuido o cobardía. Sobre todo cobardía. Bueno, cuando era niño era cruel, pero lo era por ignorancia, no sabía que torturar insectos era una putada para los insectos, me arrepiento de ello, ahora, cuando salgo a correr, tengo mucho cuidado y doy saltitos para no pisar hormigas.
¿Tiene muchos amigos?
No. Pero es por mi culpa. Los echo fuera de mi vida. No a los amigos, sino a las personas susceptibles de ser amigos míos. No sé por qué, será que no me fío. Conozco bastante gente, necesito sentirme querido, pero me da miedo que me hagan daño y de forma inconsciente pongo distancia. Cuando alguien se muestra abierto y cercano de forma natural me parece artificial y no alimento eso, pero sé que es un error. Por suerte, los poquísimos amigos que tengo, ya me quieren con mis cosas y yo a ellos, nos vemos poco, menos de lo que me gustaría, pero la mayoría (3) tienen hijos y están casados y ya no es lo mismo. Pero bueno, yo también soy muy dejado. Por eso dejo dicho aquí que me gustaría tener más amigos de verdad. ¿Algún voluntario? Mi dirección de e-mail está más arriba.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que sepan escuchar y que sepan hablar después de haber escuchado. Básicamente eso. Ahora, puestos a jugar a pedir cosas, pues que les guste dar abrazos, que jueguen a videojuegos, que jueguen al baloncesto, que les guste conducir y tengan una furgoneta para irnos juntos de escapada, que alguno sea dermatólogo, que sean graciosos, optimistas, inteligentes, sensibles, que también teman cosas y que también se hagan líos, sólo así podremos entendernos. Ah, y que alguno de ellos sea virgo, me llevo genial con los virgo. pero bueno, en realidad, con que me quieran como soy y sean sinceros y hagan por quedar de vez en cuando, ya me vale. Y los que tengo, los poquísimos que tengo y que me sobran dedos de una mano, son así. Gracias amigos. Os quiero.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Y creo que es porque les pido a ellos lo mismo que me pido a mí, y a mí no me pido mucho, entiendo mis limitaciones y mis comeduras de tarro así que entiendo las suyas. Si un amigo, su uno de mis mejores amigos, falta a la presentación de esta, mi primera novela, no me decepcionará, porque entiendo que hay otras cosas en la vida más importantes que la novela de un amigo, como por ejemplo que se te muera un familiar o tengas un accidente de coche. Cuando tengo un problema gordo, gordo, llamo a mis padres, pero las pocas veces que de verdad de verdad he necesitado algo de un amigo, pero de verdad, no un pequeño favor de mierda como que te vacíen el buzón de casa durante tus vacaciones, sino problemas de verdad, como que te ayuden a reformar la casa o a cambiarle un foco al coche, entonces sí, entonces están ahí. Gracias Arturo. O cuando te ha dejado la novia a quien amabas, entonces están ahí. Gracias Juan. O cuando no entiendes que mierdas haces en el mundo, qué sentido tiene tu vida, entonces sí. Gracias Maxi, gracias David. Y gracias a los que no nombro, pero ellos saben que también lo son y hay que ir abreviando.
¿Es usted una persona sincera? 
No. Aunque la gente cree que sí lo soy. A ver, en general digo las cosas como las siento y no me gusta ser falso, de hecho creo que soy muchísimo más sincero que el 90% de la población mundial, pero eso no quiere decir que sea sincero. No me gusta el conflicto, y a veces, con tal de evitarlo, me callo lo que pienso o siento, o digo algo que no es, como por ejemplo cuando un amigo saca un libro de poesía o una novela y me dice que lo lea y yo lo leo y me parece horrible, pero digo que es genial y todos tan contentos. Por eso, cuando un amigo lea esta novela y me diga que es genial, no lo creeré. Por suerte, los poquísimos amigos que tengo, los amigos que te decía antes, los 3 ó 4 amigos casados y con hijos, directamente no leen nada de lo que escribo, porque ya me han dejado claro varias veces que a) no les gusta o b) no lo entienden. Yo con que lo compren me conformo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Pues preferiría no tener que ocuparlo, sino disfrutarlo, preferiría sentir que todo el tiempo es tiempo libre y que lo que haga con él es vivirlo y punto, ya sea escribiendo, ya sea dibujado, ya sea sentándome al sol en una terracita y pidiendo una Estrella Galicia, ya sea no pensando en todo eso que me da miedo y que ahora te cuento.
¿Qué le da más miedo?
La muerte. Si supiera que no voy a morir y que no voy a enfermar nunca, mi felicidad sería a prueba de bombas.  Tampoco llevo muy bien la incertidumbre.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
No creo que haya nada que me escandalice. El concepto escandalizarse me hace pensar en alguien muy muy alterado y gritando y dando golpes y llevándose las manos a la cabeza. Claro que hay muchas atrocidades que no he vivido de cerca, estoy escribiendo esto sentadito en una silla, en mi casita, escuchando música aleatoria en Spotify y dando sorbos de una taza de café con el logo de Starbucks. Mi capacidad para imaginar algo que me escandalice está muy mermada. Además, pienso que antes que escandalizarme, me quedaría paralizado ante el horror y luego me deprimiría.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Habría sido jugador profesional de baloncesto, carpintero, mecánico, diseñador gráfico, decorador de interiores, albañil, o camarero en un chiringuito de madera en una playa con montañas cerca y wifi gratis y poca gente pero maja.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Baloncesto. Hace poco estaba obsesionado con marcar abdominales y me tiraba todo el día haciendo ejercicios calisténicos y cuidando la dieta, pero mi cuerpo de 40 años hizo crack y decidí cambiar lo anaeróbico por lo aeróbico y la dieta por los litros de cerveza. Me veo más gordo, más blando, y me duelen las rodillas, pero ahora sudo más y mientras juego al baloncesto soy casi casi casi completamente feliz.
¿Sabe cocinar?
No, pero sé sobrevivir, así que de vez en cuando me preparo algo poco elaborado. me da pereza cocinar. Es algo creativo, hay mucha gente a la que le encanta cocinar, y lo entiendo. Yo, mientras ellos cocinan, prefiero hacer hambre jugando al baloncesto. No me importa fregar luego.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
No leo el Reader’s, pero un personaje inolvidable… iba a decir Michael Jordan, pero creo que escribiría sobre alguien desconocido, inolvidable para mí, cualquier persona con la que me cruzo por la calle, si responde sinceramente y sin tapujos a cualquier pregunta que pudiera hacerle, sería alguien inolvidable.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Más que una palabra, sería una frase, justo la que me ha dicho hoy mi médico de cabecera: “tus análisis están bien”.
¿Y la más peligrosa?
“Hay que repetirte los análisis”, por ejemplo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí. A menudo. Cuando me llega el humo de alguien que está fumando cerca.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Aquí diría aquello que dijo Joyce: “no tengo ideas políticas, sino ideas estéticas”. Dijo esto o algo parecido, el caso, es que la política es algo sobre lo que no hablo, no opino, no entro. A mi padre esto le mata, dice que soy un inculto y que no me intereso por nada que no sea yo, que soy un egoísta. Creo que tiene razón.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
De niño, creía que uno podía ser lo que quisiera cuando fuera mayor, así que lo que yo quería era ser toro o mosca. No entendía por qué mis amigos decían que querían ser policías, bomberos y esas cosas, si uno ¡PODÍA SER LO QUE QUISIERA! Ser un toro molaba mucho, era fuerte, elegante… o mosca, las moscas tienen unos reflejos alucinantes y son rápidas y vuelan. Ahora las moscas me dan asco, y antes que ser toro, me gustaría ser inmortal, seguir siendo yo mismo, un poco más guapo y sin dolores ni alteraciones fisiológicas.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Ay… esto viene todo en la novela. Me gusta el sexo y el amor, a ser posible juntos y hasta que la muerte nos separe. También comer, beber y dormir.
¿Y sus virtudes?
Pues la creatividad sobre todo. La percepción espacial también. Inteligencia, sensibilidad, soy graciosete, educado y respetuoso con la libertad de los demás.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
La primera imagen que me vendría es la de concepto de esquema clásico, porque no sé a qué se refiere con esto la pregunta, digamos que veo una interrogación grandota. Ahora, si se supone que tengo que imaginarme las típicas imágenes que me vendrían antes de morir, como la película de mi vida, bien podría ser un resumen de esta novela pero en imágenes. Lo que está claro, es que pensaría que mi vida ha sido una mierda, porque no me he atrevido a vivir tal y como deseo, sino atrapado por el miedo y por lo que supuestamente está considerado como correcto. Tengo una llamita dentro que aún no se ha apagado, tengo la esperanza de hacerlo, vivir así, libre de verdad, en esa playa con montañas y ese chiringuito de madera con wifi gratis y poca gente pero maja.
T. M.