sábado, 9 de junio de 2018

Entrevista capotiana a Cristóbal Domínguez Durán


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Cristóbal Domínguez Durán.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
En la pregunta no se especifica si el lugar debe ser abierto o cerrado, así que partiendo de eso me iría a lo tópico, tal vez, y digo que una cala o algún sitio junto al mar en el que no haya demasiada gente. Que sea tranquilo.
¿Prefiere los animales a la gente?
Generalmente sí, prefiero los animales. Admiro de ellos su transparencia.
¿Es usted cruel?
No, antes que llegar a la crueldad prefiero imponer la indiferencia.
¿Tiene muchos amigos?
Pocos pero leales e inequívocos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
En ellos busco que se parezcan a los animales, que sean transparentes. Y que aporten en algún sentido, claro.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Y si lo hacen no es su culpa, sino de mis expectativas.
¿Es usted una persona sincera? 
Lo más que puedo, pero no tanto como para llegar a la tontuna.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Últimamente tengo poco tiempo libre, pero en esos ratos que tengo leo, paseo, observo y me rodeo de mi gente. Soy una persona solitaria, vivo solo, pero me gusta mucho pasar tiempo con las personas que quiero.
¿Qué le da más miedo?
La infelicidad de los míos. Es lo que más me angustia.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
He buscado escandalizar en Google y me sale esto: escandalizar verbo transitivo 1. Causar escándalo. "Su poesía, cargada de sensualidad, escandaliza a muchos; escandalizaba con su libertad de palabra más que con su falta de observancia religiosa". En fin, más allá de esta curiosidad, me escandaliza la belleza.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
En ningún momento he elegido ser escritor, de hecho no creo que lo sea. Apenas escribo. Sí que llevo una vida creativa, mi cabeza pide alimento y crea, aunque casi nunca se exprese. La mayoría del tiempo soy un lector de poesía, en términos de Zagajewski, que decía que quien solo lee poesía y no escribe es un poeta que ha decidido no expresarse.
Las cosas a veces son simples, en este caso la respuesta lo es: la vida que llevo es mi única vida posible.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí, juego al fútbol una vez en semana y de vez en cuando salgo a correr al parque.
¿Sabe cocinar?
La gente a la que cocino dice que sí. Mi especialidad son los arroces. Aunque tampoco se me da mal hacer lo que sea con las cuatro cosas que tenga en la nevera.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Jorge “Mágico” González, mítico jugador del Cádiz C.F.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Comunidad.
¿Y la más peligrosa?
Desalmado/a.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca, aunque “malnacida” es un adjetivo que sí que pondría a algunas personas.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Las políticas sociales y medioambientales.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Como a Eugenio Montejo, uno de mis poetas de cabecera, un árbol. Cuanto más grande mejor.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Seguro que tengo alguno, pero como buen vicioso no lo reconozco.
¿Y sus virtudes?
La lealtad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Ya me pasó una vez, y sin tener que imaginar contesto que lo que veía era a mi padre nadando hacia mí para salvarme.
T. M.