lunes, 16 de julio de 2018

La verdad poético-prosaica de la calle


En la calle Constanza de Barcelona me encuentro con esta maravillosa expresión en una farola cualquiera. Ahora solo cabe inventarse quién, cómo, cuándo, por qué alguien la pensó y decidió escribirla allí, en una mezcla de introspección, cierto gusto estético tipográfico (véanse las definidas letras, el buen gesto de la coma necesaria, el irónico redoble de erres...) y deseo de compartir un sentimiento que, al fin y al cabo, tenemos cada día todos.