sábado, 1 de septiembre de 2018

Entrevista capotiana a Marciano Martín Manuel


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Marciano Martín Manuel.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una montaña donde no llegasen internet ni los plastas de los excursionistas domingueros.
¿Prefiere los animales a la gente?
Los animales, siempre que no me ladren.
¿Es usted cruel?
Sólo los fines de semana, que es cuando dispongo de tiempo libre.
¿Tiene muchos amigos?
Eso es lo que quisieran mis enemigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que me defrauden lo menos posible.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Tanto como yo a ellos.
¿Es usted una persona sincera? 
¿Por qué quiere que le mienta?
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
En la barra libre de un bar.
¿Qué le da más miedo?
Las noches, cuando cierro la persiana de los ojos y no puedo controlar mis sueños.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Las redes sociales. Están llenas de cotillas.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Jardinero, como Mr. Chance.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
¡Naturalmente! Camino todos los días en compañía de mi mujer por las soledades de los campos a la caída de la tarde.
¿Sabe cocinar?
¡Diablos! ¿Quién no sabe calentar en el microondas un plato precocinado?
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Rita la cantaora. Todo el mundo habla de ella pero nadie le ha escrito su biografía.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Shalom.
¿Y la más peligrosa?
War.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Con arma blanca, nunca; con la ametralladora de las palabras, constantemente.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Apóstata de izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Reencarnarme en un candoroso sujetador.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Tener relaciones con la señorita Esperanza del Futuro, esa atractiva vecina del quinto A que siempre me da calabazas.
¿Y sus virtudes?
¿Teologales o morales?
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
¿Por qué tenía que pasarme esto a mí, ahora que empezaba a pasármelo bien?
T. M.