En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Lluís Salvador Roures.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? La Selva Negra, Alemania. También Noruega, o
Finlandia…
¿Prefiere los animales a la gente? No. No me
gustan las mascotas, lo veo algo así como un “tic” enfermizo, lo de tener el
perrito y todo eso….
¿Es usted cruel? No me considero cruel.
¿Tiene muchos amigos? Tengo
muchos amigos, pero también muchas decepciones.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Sinceridad,
compresión y Lealtad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Algunos sí…
¿Es usted una persona sincera? Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? La lectura
es mi pasión solitaria.
¿Qué le da más miedo? Que no
superemos esta pandemia, psicológica y socialmente…
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Los políticos, es decir, la corrupción, los enchufismos,
los trepas…
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Seguramente pintor…
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Soy Yogui…y
corredor de bosques…
¿Sabe cocinar? Poco, lo justo…
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Rilke,
Camus, Aleister Crowley, John Lennon… hay muchos…
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Andenken.
¿Y la más peligrosa? Incomunicación.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No… no
mataría ni a Hitler…
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Republicano, aunque no tengo ninguna
esperanza en la política. De hecho no me interesa, pero sí me gustaría que España
fuese una república, laica y más unida.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Un lobo, o
incluso un árbol… claro decir un elfo, ya es demasiado…
¿Cuáles son sus vicios principales?
Desordenado, olvidadizo, pero sólo con las cosas que no me interesan como la
burocracia, el papeleo…
¿Y sus virtudes? Tenaz,
leal, imaginativo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? La
persona que quiero, mi hogar, mis bosques, mi madre…
T. M.