miércoles, 24 de julio de 2024

Entrevista capotiana a Javier Salinas

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Javier Salinas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? El corazón de mi amada.

¿Prefiere los animales a la gente? Todos somos animales.

¿Es usted cruel? No de forma consciente.

¿Tiene muchos amigos? Eso habría que preguntárselo a ellos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que me soporten.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No me decepciona nadie.

¿Es usted una persona sincera? Soy una persona que ignora.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? El tiempo es libre.

¿Qué le da más miedo? No hago ranking del miedo.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La crueldad no me gusta nada.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Creo que esa es una pregunta que me hago cada día y cada día la respondo igual: voy a ser escritor.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Todo el que puedo.

¿Sabe cocinar? Soy creativo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A alguna de mis ex.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? La que se pronuncia con amor.

¿Y la más peligrosa? La que se pronuncia con ira.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? A mí mismo, supongo.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? La dualidad no me gusta. Me gusta más la colaboración y el trabajo en equipo.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Quizás bailarín.

¿Cuáles son sus vicios principales? El optimismo.

¿Y sus virtudes? El optimismo.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Espero no saberlo nunca….

T. M.