Joyce Carol Oates se ha mantenido en la cresta de la ola desde 1964 con una una capacidad de trabajo impresionante. En algunas de sus obras, es fácil reprocharle un sentimentalismo banal en torno a la rememoración romántica, como “A media luz” (2008), pero en el otro extremo, la autora neoyorquina ha logrado textos excelsos como «Carthage» (2014), cuyo cebo era la desaparición de una joven. Pero, de repente, en su incansable tarea, venía otra obra menor, como la novela corta “Rey de Picas: una novela de suspense” (2016), en la que un escritor de éxito era perseguido, injustamente, por acusaciones de plagio.
A esta le siguió otra enorme como «Un libro de mártires americanos», en que volvía a la línea de “Carthage”, que tan maravillosamente bien reflejó los Estados Unidos actuales. Así, se adentraba con mano maestra en la psicología de un desequilibrado que confundía sus ideas en contra del aborto con la pulsión asesina mientras oía mensajes divinos. Ahora, pone otro peldaño de calidad a su carrera narrando una historia desoladora y que parte de la vida de tres médicos reales. La presenta, con tono crítico, Jonathan, el hijo del doctor Silas Aloysius Weir, que en vida había sido director de un manicomio de «lunáticas» y era considerado el «padre de la ginopsiquiatría» (la psiquiatría especializada en la mujer).
De este modo, el texto se presenta como una biografía del padre –se recurre asimismo a sus propias memorias–, de sus hallazgos científicos y controversias dado su grado de experimentalismo en los cráneos humanos, por ejemplo. El protagonismo, con todo, recae en una de sus pacientes, una sirvienta albina llamada Brigit Agnes Kinealy. El relato transcurre a partir de 1835, con un joven y atractivo Silas que va ganando notoriedad en la comunidad científica hasta que la «espeluznante belleza angelical» de la muchacha le lleva a usarla para sus investigaciones. De este modo, el texto es una suerte de entretenida novela histórica con tintes góticos, en un ambiente de «criaturas espantosas» y «locas» donde ocurre un terrible incendio que lo cambia todo y en la que, también, tiene cita el enamoramiento.
Publicado en La Razón, 5-X-2024