sábado, 23 de noviembre de 2024

Entrevista capotiana a Jordi Català

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jordi Català.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Elegiría una isla desierta que tuviera una buena biblioteca.

¿Prefiere los animales a la gente? Me gustan los animales, pero prefiero a algunas personas.

¿Es usted cruel? Para nada.

¿Tiene muchos amigos? Los de verdad, se cuentan con los dedos de una mano. Conocidos que aprecio, bastantes.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean ellos mismos.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Los amigos que siempre están ahí, nunca decepcionan. Los que lo hacen, suelen ser otra cosa.

¿Es usted una persona sincera? Mucho, sinceramente.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Viajando, tocando el piano, leyendo, viendo alguna serie… En ese orden.

¿Qué le da más miedo? El fracaso.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Me escandaliza el maltrato, de cualquier tipo.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Pues me hubiera gustado trabajar en el mundo del cine, como actor o director. Por suerte, la literatura me ha permitido abrir una puerta al mundo de los guiones.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Voy al gimnasio de vez en cuando a hacer cardio y a nadar.

¿Sabe cocinar? Me gusta la cocina y preparar con esmero mis platos preferidos, pero de ahí a decir que sé cocinar hay un buen trecho.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Alonso Quijano, Don Quijote de la Mancha.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Mañana.

¿Y la más peligrosa? Ayer.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Solo en mis novelas, claro.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy bastante neutral, porque los extremos me dan mucha pereza.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Me gustaría ser algún tipo de ente alienígena que le diera sentido al hecho de que vivimos en una esfera que orbita una pequeña estrella, no demasiado importante, de una galaxia peculiar de un vasto universo.

¿Cuáles son sus vicios principales? A veces me fumo algún cigarro, especialmente cuando estoy rodeado de amigos.

¿Y sus virtudes? Me gusta ayudar a la gente. Es algo innato en mí.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Sin duda vería a mi mujer y mi hija. Me despediría de ellas de la única forma que sé: con mucho amor.

T. M.